Análisis de las palabras de Violeta Granera.
Tras
la segunda sesión del diálogo nacional, se ha vertido a la red una impactante
grabación de la Señora Violeta Granera donde se puede apreciar el profundo odio
que profesa hacia Ortega, Murillo y los restantes miembros del Gobierno, así
como lo irracional y retorcido de su percepción sobre la realidad política nicaragüense.
En las palabras captadas a la Sra. Granera, se pueden leer señalamientos que
deben ser analizados con detenimiento, pues ponen en cuestión la culminación
exitosa del diálogo nacional, objetivo de suma prioridad para la nación
nicaragüense en el marco de la crisis social, política y económica que estamos
viviendo desde el 18 de abril.
Miembros de la oposición nicaragüense junto a Ileana Ros-Lehtinen (congresista republicana de USA)
El análisis señala los siguientes aspectos:
- En la grabación, la Sra. Granera señala la existencia de acuerdos y compromisos de palabra con la Iglesia. Se podría considerar que dichos acuerdos son los referidos a los asumidos en el marco del diálogo nacional. Sin embargo, una facción radical dentro de la Iglesia católica en Nicaragua – históricamente contraria al Frente Sandinista – ha estado jugando un papel importante en la manipulación de la opinión pública y la fractura social que se vive en el país. Los Obispos Abelardo Mata y Silvio Báez han encabezado dicha facción.
- En sus palabras, la Sra. Granera llega a realizar amenazas creíbles sobre la integridad de las propiedades de la Iglesia, apuntando a incendiar el seminario donde se está llevando a cabo la negociación. Granera advierte que dentro de sus grupos y movimientos, la gente está “encachimbada”.
- Según la tesis mantenida por algunas organizaciones de la sociedad civil y por algunos medios de comunicación no oficialistas, la crisis en la que estamos inmersos se originó espontáneamente y tomó fuerza por las inconformidades de la sociedad y el pueblo en general para con el actuar del Gobierno y sus políticas. Sin embargo, esta grabación sugiere que existe una organización de carácter violento conformada por distintos actores que estaría implementando una estrategia de derrocamiento del Gobierno.
- Granera y los suyos se erigen como los representantes de la totalidad de la población del país en el diálogo nacional, la cual ascendería según sus palabras a siete millones de nicaragüenses. Esta afirmación demuestra la irracionalidad que caracteriza su visión política y su dificultad para percibir la realidad, ya que olvida que las fuerzas opositoras representan solamente al 28% de los votantes que participaron en las elecciones del 2016.
- Granera vierte también amenazas contra el representante de la Organización de los Estados Americanos (OEA): “¡Luis Almagro es un delincuente! (…), si viniera aquí a Nicaragua, ¡tenemos que hacerle una manifestación!, agarrarlo y amarrarlo (…), ¡porque Luis Almagro nunca, nunca, nunca, nunca dio los famosos reportes de las elecciones en Nicaragua!”.
- Advierte también de supuestos vicios de origen en el equipo que conforma la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los cuales podrían poner en riesgo el objetivo real de Granera y los suyos en la coyuntura actual: llevar al Estado nicaragüense ante la Corte Internacional de Justicia y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para lo cual precisan que los asesinatos cometidos en el marco de las manifestaciones ciudadanas sean declarados como crímenes de lesa humanidad y no como crímenes nacionales, porque si no, “entonces, de nada va a servir”.
- Para evitar el fracaso de este objetivo – desvelado al fin en esta grabación – Granera exhorta a realizar presiones sobre la CIDH, organizando plantones y usando carteles, en los que presumimos se exhibirán las fotografías de los asesinados: los mártires de abril.
- Es evidente que Granera no cree en el diálogo. Para ella y quienes la acompañan en esta campaña de terror psicológico, el diálogo nacional es sólo una fase más de su proyecto. Los autodenominados representantes de la sociedad civil, los medios de comunicación que los amparan, los partidos políticos opositores y el gran financiador de esta campaña de terror y manipulación de la ciudadanía, simplemente pretenden dar un golpe de Estado y en ningún momento sus intereses han perseguido el bien común. No piensa en el país, y las muertes les sirven como un instrumento para su propósito.
Carlos Fernando Chamorro, Violeta Granera, Mónica Baltodano (hija) y Azalea Solís.
Nicaragüenses,
¿es esto lo que queremos? ¿Destruirnos envenenados por el odio prefabricado y dirigido
a través de las redes sociales y los medios? En la población existen desavenencias legítimas
contra las políticas del Gobierno. Ningún Gobierno está exento de errores pequeños
y mayores que deben ser atendidos. Este tampoco. Sin
embargo, de ninguna manera retroceder al pasado de la guerra y la pobreza nos
puede servir en este fin. Para un país dotado con las herramientas propias de
un Estado de derecho, derrumbar la economía, fomentar la violencia, sacrificar
nuestra seguridad y estabilidad, no pueden ser nunca una opción viable para poner
las soluciones a nuestros problemas.
Las
personas ciudadanas que viven inmersas en esta reconstrucción retorcida de la
realidad del país esperan que “al menos” las muertes hayan servido para algo.
En realidad, una sola vida humana sacrificada por el objetivo de Granera y compañía,
ya ha sido demasiado para nuestra dignidad.